Heredamos un comportamiento que tiene que ver con nuestra evolución como especie, la herencia genética condiciona el comportamiento. Tenemos que comprender lo que fuimos para saber cómo tenemos que vivir.
Somos genética y fisiológicamente casi idénticos a nuestros ancestros
Nuestra genética y fisiología es prácticamente idéntica a la de nuestros ancestros, sociedades de cazadores-recolectores de hace unos 100.000 años.
Sin embargo, hoy en día nuestra genética funciona en un ambiente muy diferente para el que fue diseñada. En las últimas décadas las rápidas innovaciones han cambiado drásticamente nuestro estilo de vida. La consecuencia es que un alto porcentaje de la población no cumple las necesidades mínimas de actividad física diaria, gran parte de la alimentación actual es nueva en la evolución humana, los tóxicos, la contaminación ambiental y el estrés psicoemocional han aumentado en el hombre moderno expuesto diariamente a una agobiante cantidad de información.
El conjunto de estos factores y otros produce un ambiente lleno de modernas señales de peligro para el organismo que están continuamente activando al sistema inmune y a los ejes de estrés.
Nuestro estilo de vida poco o nada tiene que ver con el comportamiento en la evolución de nuestra especie
La continua activación del sistema inmune y de los ejes de estrés cambia la forma en la que el cuerpo distribuye su energía causando así la mayoría de los síntomas y enfermedades.
Podemos admitir que el 96% de nuestros malestares son adquiridos en parte por adoptar un estilo de vida que poco o nada tiene que ver con el comportamiento en la evolución de nuestra especie.
El bienestar y la salud están determinados por cómo te relacionas contigo mismo y con la vida.
Debemos comenzar comportándonos como humanos.
Federico Cerrada. Te invito a experimentar una nueva realidad hacia el bienestar.
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